¿Existe la mala suerte, o las cosas malas pasan porque tienen que pasar?

Me es difícil comenzar la respuesta a una pregunta que me imagino que todos nos hemos preguntado alguna vez. Esa pregunta que siempre viene a nuestras cabezas en esos momentos en los que parece que todo te sale mal, esa pregunta que solo me e atrevido a responder en estos momentos.
   Para comenzar a responder esta pregunta, deberíamos empezar por el principio de todo, ¿qué significa mala suerte? Cuando nos referimos a mala suerte, nos referimos a una serie de hechos o acciones negativas que nos ocurren con una cierta frecuencia.
   Pues bien, hay gente que piensa que la mala suerte no existe, que el que haya momentos de poca fluidez en nuestras vidas, de situaciones negativas, simplemente depende de nuestros actos. Cada cosa mala que nos pasa es consecuencia de alguna mala acción que en algún momento hemos cometido.
    Pero yo no pienso así, yo creo que sí existe la mala suerte, porque todos en nuestras vidas pasamos épocas de momentos malos, en la que te pasa una cosa, la superas y caes en otra... Así durante un tiempo, que es a lo que le llamamos “mala suerte”. Por ejemplo, coges una enfermedad, cuando te terminas de curar al poco te lesionas, y cuando terminas de curar la lesión te ha pasado otra cosa. Y el que te vayan pasando acciones negativas no tiene porque significar que hayas hecho algo mal, porque en ese momento en el que parece que no levantas cabeza es cuando piensas, ¿qué he hecho mal para que me pase esto? Y en el fondo no has hecho nada mal, simplemente que la vida te va poniendo obstáculos para que los superes. Y si lo piensas, en el fondo es bueno que nos pasen cosas malas, porque en el trayecto en el que aprendemos a superarlas, estamos madurando un poco más como personas, y esas son las cosas que nos intenta enseñar la vida, que nos hacen un poco más fuertes.
   ¿Pero de qué o quién depende nuestra suerte? Yo no creo que nuestra suerte dependa de alguien, puede influir en cierto modo la gente que nos rodea, pero no creo que siempre sea así. Para mí nuestra suerte no depende de nadie, simplemente del destino, y de lo que te tenga preparado día a día. Por lo cuál nadie podemos elegirlo, simplemente aceptarlo e intentar superarlo, y de él intentar sacar algo bueno de lo que podamos aprender.