domingo, 9 de junio de 2013

¿Por qué cuando alguien muere acaba en el olvido?

Es muy duro cuando una persona importante para nosotros desaparece de nuestra vida,, sobre todo, porque nosotros tenemos que continuar nuestra vida sin esa persona, por eso con el tiempo su recuerdo va desapareciendo.
Aquí os dejo una canción que es el claro ejemplo de lo que os he explicado. Esta canción habla de la muerte de Marta del Castillo, una chica que murió y que con el tiempo ya casi ni la recordamos.

Lucha por tus sueños y no dejes que nadie te los destruya.


domingo, 12 de mayo de 2013

Alimentar a una persona anoréxica en peligro de muerte


Las autoridades del municipio de un pueblo inglés han presentado al tribunal de Protección de Londres el caso de Maggie Smith-Es una enferma de anorexia que tiene un miedo obsesivo a coger peso. Hace ya más de un año, se niega a tomar ningún tipo de alimento sólido y apenas agua, lo que la ha llevado a tener un índice de masa corporal de 11,3, equivalente a un peso de 33 kilos para una persona que tuviera 1,70 metros de altura. El Tribunal de Protección tiene capacidad para tomar decisiones en nombre de personas que son incapaces de tomarlas por sí mismas. Las autoridades municipales entienden que si no se alimenta, morirá y que su enfermedad le impide tomar decisiones por sí mismas. Las amistades cercanas y los familiares no están a favor de que sea obligada a alimentarse.

¿Qué decisión debe tomar el juez?

   Aunque a primera vista este dilema puede parecer fácil de resolver, no lo es, ya que estamos hablando de dejar morir o de salvarle la vida a Maggie Smith.

   Lo primero que pienso, es que el tribunal debe ayudarla a superar la enfermedad, ya que ella no está capacitada para tomar sus propias decisiones, y eso le puede llevar a la muerte, porque ella sola no puede salir del estado de salud en el que se encuentra.

   Pero por otro lado, no le pueden obligar a alimentarse, ya que la situación en la que se encuentra, es una situación que a elegido ella, aunque esa situación le este perjudicando.

   Pero si el Tribunal de Protección considera que una persona con anorexia no está cualificada para tomar decisiones sobre si quiere alimentarse o no, pues en ese caso, que sea su familia la que decida si quieren obligarla a alimentarse o no, el Tribunal no tiene porque tomar ninguna decisión sobre lo que tiene que hacer Maggie Smith, ya que no forman parte de su vida.

   Además, si su familia piensa que el Tribunal no debe intervenir en su vida, no tienen porque hacerlo, yo dejaría que no quisiera comer, por lo menos se terminaría muriendo con la decisión que ella ha tomado. Porque de la otra forma, le tocaría vivir obligada a hacer lo que los demás quisiesen que hiciera, y viviría un infierno de vida que ella no ha elegido.

   Por ejemplo, si yo padeciera una enfermedad como lo es la anorexia, en principio me gustaría que no me obligasen a comer, porque sería una decisión que tomaría yo y con la que sería feliz. Pero el que me obligasen e hicieran algo que no he decidido yo, a largo plazo me beneficiaria, porque en esa situación tu piensas que eres feliz, pero en verdad solo quieres gustarle a la gente y lo único que consigues es que te odien, por ese motivo agradecería que me obligasen.
  
   En conclusión, yo le obligaría a comer, porque lo que está en juego es su vida, y aunque el proceso de recuperación sea muy duro, en el momento en el que consiga salir de la enfermedad lo agradecerá. Y porque sería muy egoísta por su parte morirse por no querer comer, ya que su familia lo pasaría muy mal, y el recuerdo que le quedaría de ella sería el de una enferma.

   

viernes, 19 de abril de 2013

Dilema moral


Prestar dinero para droga

Paula y Bárbara son amigas desde sus años en el colegio de primaria y han estado juntas todo ese tiempo. Aunque no están en la misma clase en el instituto, están juntas durante el recreo, hablando de sus cosas y comentando las incidencias del día. Salen juntas y van con el mismo grupo de compañeros, aunque entre ellas hay una amistad especial.
Paula, en sus salidas, ha ido aficionándose a consumir algunas drogas. Empezó fumando porros, algo que hacía casi todos, aunque Bárbara muy pocas veces porque no quería. Cuando iban a alguna discoteca junta, Paula empezó a tomar alguna pastilla para estar más animada. Un día alguien les ofrece un poco de cocaína y les asegura que así disfrutarán más de la salida. Bárbara no acepta, pero Paula sí quiere probar. Sin embargo, no tiene dinero y le pide a Bárbara que se lo deje.
¿Debe Bárbara prestarle dinero a Paula para que se compre cocaína?
  
   Lo primero que piensas en la situación en la que se encuentra Bárbara es no me importa dejarle el dinero que me ha pedido.
   Puede hasta que la decisión de dejarle o no el dinero afecte a su amistad, porque si no se lo deja, Paula se puede enfadar con ella, pero si se lo deja, puede que Paula se vuelva drogadicta y dependa tanto de las drogas que se olvide de su amiga Bárbara.
   Por un lado, si Bárbara es su amiga debe prestarle el dinero que le pida, puesto que Paula ya es mayor para tomar la decisión de lo que quiera hacer con él y si de verdad quiere emplearlo en drogas.
   Pero como amiga que es Bárbara de Paula, debe oponerse a dejárselo, e impedir que compre cocaína, porque si sigue consumiendo va a llegar un momento en el que se va a volver adicta, y se le cambiará la vida por completo.
   Tal vez deberíamos preguntarnos, ¿en que consiste una amistad?, para poder ver hasta donde va la relación entre Paula y Bárbara. La amistad es una relación afectiva entre dos o más personas y se demuestra en la preocupación por el amigo, interesándose por su bienestar, por sus problemas y logros.
   Por ello, si Bárbara le prestase el dinero no estaría siendo una buena amiga, porque Paula tiene un problema con las drogas y no se estaría preocupando por su problema, al contrario, le daría lo que necesita para poder seguir consumiendo.
   En conclusión, Bárbara no debe dejarle el dinero a Paula para que se compre cocaína, porque lo único que haría sería perjudicar a su propia amiga, en la que llegaría un momento que su estado de ánimo cambiaría por culpa del consumo de drogas y podría hacer dificultar su amistad, y pienso que no se lo perdonaría nunca. 

viernes, 15 de febrero de 2013

Días grises.


  Odio esos días en los que te levantas genial y contenta, pero que según va pasando el día, tu autoestima disminuye sin saber por qué.
  Odio que la gente me diga que he cambiado. Yo no he cambiado, la vida me ha cambiado con cada golpe que me ha dado.
  Odio que algunas personas intenten arreglar las cosas, siendo que ya no significan nada para mí, y que el único que las puede arreglar es el tiempo.
  Odio huir de los problemas refugiándome en las cosas que me hacen sentir viva. No huyo por gusto, es que algunas situaciones me superan como persona. 

viernes, 8 de febrero de 2013